Quizás porque el tiempo de ocio aquí es tan escaso, yo tenía meses antojada de unas cuantas Margaritas y no había podido satisfacer mi antojo. Desde que llegué a Gainesville (o Boringsville, como lo bautizó mi amigo Luima), me he tomado mis dos o tres Margaritas, pero siempre una a una, porque eso de manejar con un par de tragos en la cabeza es una ofensa muy seria que una pobre estudiante como yo no se atreve a arriesgarse a cometer. Así que el domingo antes de Spring Break, una semana de vacaciones para los estudiantes que NO están en el programa de PHD, decidí preparar unas margaras en mi casita, y permitirme un segundo traguito; feliz, "chillaxing", con otras estudiantes en necesidad de botar el golpe. Enlisté a Rajul y a Jooyun, preparé unos nachos, compré el "Margarita Mix" y salimos a buscar la tequila para completar la fiesta.
Fuimos a la primera licorería (porque en este pueblo no hay tequila en los supermercados) y la encontramos cerrada. Fuimos a la segunda, y estaba cerrada también. Fuimos a la tercera. Y la puerta abrió.
Desde que entré, grité al muchacho parado en la caja-emocionada en anticipación de un ¡sí!- : ¿Tienen tequila? A lo que él contestó fríamente, sin importarle el dolor que iba a causarme: "No liquor on Sundays" (No licor los domingos). Yo no me pude contener y le dije “¡Odio este pueblo!" porque después de meses sin parar, sin fin de semana, con trasnoches, sin poco más que libros y trabajo y presentaciones; yo sólo quería pasar una noche tranquila con mi Margarita, mis amigas y mis nachos. Señores, ni las constante pérdidas de mi (hasta recientemente) equipo favorito, el Escogido me había decepcionado tanto.
El tipo ni se inmutó con mi obvio dolor por no poder comprar tequila, y yo, buscando en qué ahogar mi nueva pena, no pude hacer más que ir a la nevera de las cervezas (porque por algún motivo las cervezas son buenas para cualquier día de la semana) a buscar alguna tolerable. Y allí las vi, al lado de las mexicanas, fríitas y hasta baratas: ¡Presidente! Como un oasis en el desierto del aburrimiento de Central Florida. Y eso, que los que me conocen saben que yo no bebo (digo, bebía) cerveza.
La noche con amigas se dio, aunque sin Margarita. Y nos reímos. Y hablamos de los profesores, y las clases, y la gente que extrañamos (y la que no) de nuestros respectivos países. Y nos prometimos reunirnos el viernes, tequila en mano, y hacerlo otra vez.
martes, marzo 11, 2008
Un domingo en Boringsville
Publicadas por Maria a la/s 2:05 a. m.
Etiquetas: Gainesville, ni una cosa ni la otra, PHD drama
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7 comentarios:
Mariah! Arriba las Presi!Nunca fallan!
Arriba las Presi! Nuca Fallan!
ahhhhh el libre comercio.
Así mismo mani. Arriba el capitalismo!
¡Guau! Finalmente conozco a la vieja Yuyi (no le digas que le digo así, para no tener problemas con ella).
Yo le digo "J" (yei) porque no puedo pronunciar bien su nombre y estoy cansada que me corrijan. A Rajul, le digo "Raj" porque como que suena más cool. Je je je.
jomaiga que choque cultural, presidentes en manos de una coreana y una hindú en Gainesville acompañadas de nachos...y no te pasmaste!
Dont worry...Aqui te esperaremos con una jarra de margaritas
love ya!
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