domingo, septiembre 21, 2008

Tiempos difíciles

Quizás porque yo soy muy crédula, y me dejo convencer por mensajes uber-optimistas, yo pensaba que la situación económica de los Estados Unidos estaba al punto de mejorar. Yo tenía la esperanza de que al doblar la esquina subieran los índices del mercado de valores, bajara la gasolina, bajaran los precios y todo volviera a su normalidad. Yo sabía, como saben ustedes, que nosotros y el resto de latinoamerica depende mucho de la economía americana. Por eso pensaba que encima de los huracanes, y la violencia, y los problemas económicos de vivir en un país en vías de desarrollo, no podía venir una crisis econogringa a complicarnos aún más la vida.


Pero a esta altura del juego ustedes ya saben que no tengo futuro como diseñadora de modelos económicos que predigan el futuro. Yo, como el resto de las personas que estamos residiendo en Estados Unidos, no puedo más que ver las noticias, y rezar porque este sea el último golpe y estemos a un paso de la recuperación. Las cosas en Santo Domingo no están fáciles, me cuenta mi familia, pero por aquí tampoco. Los precios han subido de forma tal, que una compra que antes me costaba 40 dólares ahora cuesta 70. La gasolina también ha subido, los sueldos, en especial para asistentes a profesores como yo, se han mantenido estáticos.
Y ahora, el gobierno dedicará 700 mil millones de dólares para tratar de llenar el hoyo que ellos mismos sembraron... Todo esto me recuerda a Hipólito Mejía y a lo rápido que las cosas pueden empeorar por un sólo gobierno irresponsable y despreocupado de la gente.

Los estadounidenses están envueltos en su crisis y en su proceso electoral. Yo, a pesar de tener mi candidato favorito, tengo que confesar que tengo poca fe de que él pueda ser la panacea a todos los problemas sociales y económicos en que el país se ha metido gracias a los ocho años de gobierno que concluyen en enero. Tengo esperanza, claro está, pero sigo preocupada por los pobres de aquí y de mi país que no tienen colchón para amortiguar las caídas (cada vez más profundas) de la economía, y tienen que poner más horas de trabajo y más sacrificio para pagar ese plato de comida.

Estamos en tiempos dicíciles (aunque yo sé que no necesitaban que yo se lo dijera) y encontrar distracciones y señales esperanzadoras se complica cada día más.
Actualización del 22 de Septiembre, 1:26 p.m.
Para el que quiera saber cómo fue que EEUU llegó a este lio, el New York Times tiene un slideshow muy útil. Aquí el link.

2 comentarios:

Mariel dijo...

Alguien me dijo una vez "los gringos tienen 8 años sin presidente" no sabia que iba a ser tan cierta esa frase como hasta estos días.

Anabelle dijo...

seria muy irresponsable de mi parte, no querer pensar en esto?

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