lunes, marzo 12, 2007

¿Será la procrastinación una herencia cultural?


Quizás porque mi formación profesional fue de periodista, tengo la costumbre aparentemente irremediable de dejar todos los “to-do” (quehaceres) para el último momento. Así, soy incapaz de hacer las cosas “con tiempo” y suelo esperar hasta que sea necesario amanecer tres días de corrido para terminar lo que hay que hacer, ¡ya!

Y lo peor de todo es que muchas veces no es que no puedo hacerlo antes, sino que hay un mecanismo interno de ubicación no determinada, que no me deja. Por ejemplo, ahora mismo tengo un discurso, una nota de prensa y un reportaje que concluir, pero en lugar de hacer todo eso, estoy escribiendo un post.

Al buscar el origen de la procrastinación, busco primero en mi familia y al menos en mis padres, no veo esa tendencia a dejarlo todo para último. Mis hermanas tienen sus rasgos, pero no tan marcados como yo. Por lo que pienso, ¿será la procrastinación una herencia cultura? ¿Vendrá con los rasgos africanos, la afición por el plátano y las caderas de bailar merengue con las que viene nuestra nacionalidad? La evidencia parece apuntar a que sí.

Después de todo, el dominicano parece experto en dejar que las cosas se acumulen y atenderlas cuando ya no tienen opción. Lo que se evidencia:

~Cuando las filas para envolver regalos el sábado antes del domingo día de las madres.
~Cuando las mujeres se apresuran al salón 1 hora antes de que empiece la boda de su prima. ~Cuando que todos los teléfonos de restaurantes que ofrecen “delivery” están ocupados a las 11:55 a.m.
~Cuando en la fila del baño de las mujeres, siempre hay un par que “no se puede aguantar ni un segundo más”.
~Cuando se vecen las placas y la calle se queda vacía (ya que al no haber comprado las placas a tiempo, tenemos que dejar el carro en casa).
~Cuando dejas acumular dos meses de luz y la pagas el mismo día en que te avisaron que veían a cortártela.
~Cuando esperas a que falten dos días para tu primer viaje a España para tratar de gestionar la visa.
~Cuando llegas puntual a una fiesta, y encuentras a la anfitriona en anchoitas.
~Cuando se prende el bombillo de la gasolina de tu carro, y llegas a la bomba rezando: “que no se quede, que no se quede”.
~Cuando compras taquillas para el concierto del año en el mercado negro, porque para cuando te decidiste a ir a comprarlas ya se habían acabado.
Y miles y miles de ejemplos más.

Si la procrastinación es cultural, no es de extrañar entonces que en el país cada gobierno que pasa deje tantas cosas por hacer, y unos meses antes de las elecciones nos quieran convencer de que lo harían todo si les alcanzara el tiempo con afirmaciones de que “queda mucho por hacer” y que “hay que dejarlo ahí” para que puedan terminar lo pendiente. Pero si así fuera, nunca cambiáramos de líderes, porque una regla que no falla es que dado una extensión en la fecha de entrega el procrastinador(a) esperará hasta los últimos segundos del mismo para retomar la tarea pendiente, y problemas como equidad económica, salud y educación de calidad e igualdad de oportunidades no se solucionan de un pronto, por lo que esperaremos que el cúmulo de esfuerzos a último minuto algún día sume a algo.

Mientras, yo trataré de sacudir esta herencia cultural y ponerme a trabajar, porque la gente que me firma el cheque no entiende el “ahorita” de las dominicanas.


Nota: La imágen viene de http://www.youthchg.com, pero las palabras son mias.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

!Aaaaaay! María está atacando a la pobre gente que tiene que ponerse anchoitas para verse decenteeeeeeeee, aunque sea dos minutos antes de comenzar la fiesta (jejejejeje).

maria martinez dijo...

bueno maria tengo para decirte que soy asi, igualita pero igualita, no sabes cuanto, siento que no lo dejas pa ultimo no tiene el mismo sazon , y el juidero que te digo jjajjjajajajajjajaj ahi e que se pone grande sobretodo a mi que odio trabajar bajo presion y aun asi, lo dejo pa ultimo jajajajjajjaja que fuerte....


Pero que se va a hacer asi es la vida.jajajjajajajajja

Rosalina dijo...

Hay ciertamente cierto placer en sentir la adrenalina del último minuto y saber que tienes que terminar y terminar!

Mariel dijo...

Yo también dejo todo para "ahorita" y después trato de hacerlo todo juyendo en 15 mins, aunque nunca con la paciencia y con la normalidad que lo hace maría, como si nada estuviera pasando señores le cae la noche mala de la risa viendo televisión y la madrugada escribiendo como una loca en la computadora.

Anónimo dijo...

Bueno soy procrastinator por oficio, pero compro mi placa y mis taquillas con tiempo (lo unico). Pero creo que llegué con el olor de la gasolina a la bomba y voy al supermercado cuando ya la nevera está vacia totalmente y el colmado me tiene quebrada! Y ni hablar de las traducciones. Pero sin el estress no salen bien las cosas, ahí es cuando salen las ideas brillantes!!!!!!!!!

Pabletowh dijo...

No puedo decir nada más que decir que me acoste a las 6Am haciendo un proyecto que tenia dos meses planificado por hacer!

Yo de ese grupo, JAmAS!

Unknown dijo...

Yo me propuse, en serio, abandonar, con el dolor de mi alma, esa archifamosa tendencia mía. Lo estoy logrando, chin a chin pero ahí vamos (como ceratti omaigá!)

Dulciblue dijo...

En realidad tengo ese defecto que quizas es naturaleza. Por eso tengo una muy buena teoría, que quizas puedas leer cuando dispongas de tiempo.(http://vaquitafeliz.blogspot.com/)

Me ha gustado mucho tu post, sobre todo por que presentas en primer plano tu realidad. Un beso

Anabelle dijo...

jejeje me ha encantado este post, está escrito mortalmente, proscatinar? yo? no qué va!

Yalo dijo...

Ufffff! Yo también dejo todo para último. El lío, lo patético del caso es que a veces piensas que si no lo haces así -dejar todo para el último segundito- te quedará todo mal, así sudes, te dé náuseas o pierdas el control cuando ya no hay más remedio que ponerse a trabajar. Y el día que por pura suerte logras ganarle al trabajo dos o tres horitas, hasta te sientes culpable por no haberte tomado más tiempooooo, jajajaja!

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